Decía el gran Quino, a través de Mafalda, "esto no es el acabose sino el empezose".
Sinceramente. Desde el anuncio
del cierre de 7RM por extinción del contrato público, no he parado de recibir
llamadas: muchas de profesionales del medio tanto de Murcia como de fuera, así
como de otras personas absolutamente ajenas a este y con curiosidad e intención
de obtener información y alguna opinión al respecto.
Mi posición personal e
intransferible es la siguiente:
- Lamento profundamente la perdida de puestos de trabajo que conlleva la extinción del contrato con la adjudicataria del concurso público GTM, y los problemas que ello habrá de causar a tantas familias que dependen de esta empresa.
- Creo que todavía es más duro en una plantilla con una media de edad entre los 28 y los 34 años, que se encuentran en uno de los estadios más críticos en el desarrollo tanto profesional como personal y que, además, esta ampliamente cualificada.
- Pienso también que el colapso de cualquier proyecto empresarial es un drama y más en los tiempos que corren. Esto es particularmente grave en una región como la de Murcia, tan conservadora y donde llevar a cabo iniciativas en cualquier sector nuevo (más allá de los tradicionales) requiere un gran esfuerzo… no hablemos ya de innovar.
- Opino también que 7RM es el último de los proyectos que una vez trufaron aquello que se llamó el audiovisual murciano y que incluyó también Contentpolis, y que por ello no es solo la perdida de unos trabajadores sino la destrucción de lo que podría haber sido el motor de un futuro sector audiovisual regional y de un posible cluster nacional.
El escenario que queda es el de
un sector desarbolado, con apenas productoras que quedan en pié y puedan ser
consideradas como tales y la más importante de todas ellas: GTM.
Quiero remitirme a una de las primeras
entradas de este blog y que se titulaba ¡Que viva canal 7RM!. Creo que mi opinión
apenas ha cambiado desde su publicación allá por el año 2008, y más cuando
entonces ya había salido por la puerta un director general cuyo modelo de
gestión en GTM se prometía competitivo. Recuerdo nuestras largas
conversaciones, a partir de las cuales surgió una gran amistad, sobre lo que
había de ser un proyecto, no ya de gestión publica de una televisión, sino sobre
la naturaleza misma de la productora. De todo ello destaco dos puntos que
me parecen fundamentales con respecto al proyecto empresarial:
- GTM debía desarrollar su propia capacidad como productora y distribuidora de contenidos de calidad con el fin de “dejar de depender progresivamente de los fondos públicos”.
- Incorporar a las productoras de Murcia en el proyecto común con GTM liderandolas para la producción destinada al propio canal y a su explotación en mercados exteriores.
Por otro lado estaba mi opinión
sobre las nuevas ventanas de explotación y oportunidades de negocio lejos de
los mercados y medios convencionales, yendo además a conceptos nuevos de
televisión.
Discutimos también mucho sobre la
conveniencia de una televisión completamente en directo, cosa que en mi opinión
había que circunscribir a determinadas horas y sobre todo informativos, dado
los elevados costes operativos de este tipo de modelo.
GTM era sin duda un proyecto sin precedentes y con la posibilidad
de liderar un mercado audiovisual entonces en expansión.
Un día este director general se
marchó dejando más de 250 trabajadores en GTM y once horas diarias de
producción propia. Lo que quedó y ocurrió a partir de entonces es de dominio
público y fue la decadencia de un modelo de empresa que habrá que estudiar en años
venideros como un ejemplo de lo que pudo haber sido y no fue.
No obstante, pienso que lo puede volver a ser, si finalmente cuenta con un equipo de gestión y
directivo solvente y profesional además de valiente e innovador.
Alguien del ámbito empresarial me
decía recientemente “es que el audiovisual no es negocio”. Efectivamente por
eso a Javier Bardem le pagan un 1M$ por película porque a los productores y
empresario americanos les gusta regalar su dinero. Por eso también una serie
como Boardwalk Empire se deja más de 8M€ en un piloto, una vez más por esa
afición tan americana de perder dinero. El audiovisual es una industria e importante, para lo cuál me remito a datos de mi anterior entrada en este blog, y por ello puede ser fuente de riqueza y puestos de trabajo.
Como dijo este mismo director
general, se sigue vendiendo pan, pero ese mismo pan se vende de otra manera,
con otros formatos y sobre todo, con otros márgenes.
En resumen, hay otros modelos y
son posibles.
Sed felices.
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