Durante casi 12 años he trabajado en post-producción de cine. Este es el proceso que ocurre al final de la cadena de producción para cine o televisión. A veces este proceso incluía el montaje tras el rodaje de la película o solo la post-producción de sonido… que no es moco de pavo en absoluto.
Durante esos 12 años he colaborado, o trabajado a fondo, en algo así como 420 producciones. De ellas unas 90 eran Españolas y todas las demás post-producción principalmente americana.
Trabajábamos fotograma a fotograma, palabra por palabra, plano a plano. Es decir, desgranábamos cada una de las películas sin opinar si esto estaba bien o mal, si aquello era mejorable o no, a no ser (y rara era la ocasión) en que el autor con humildad e inteligencia decidiera remitirse a la opinión o consejo de los profesionales. Este último es el caso de directores como Alex de la Iglesia, Carlos Iglesias o Benito Zambrano por mencionar algunos.
No obstante, tras el trabajo estaban las cervezas del equipo técnico y los corrillos con otros profesionales del medio en los estrenos o el “pettit comité” de las salas de montaje… nunca las de doblaje o sonido que hay micros. Ahí sí que nos despachábamos a gusto. ¿Sabíamos más que ellos? No. Solo que respirábamos cine doce horas al día.
Esta es la industria que yo conocí. La que no verás fotografiada en la alfombra roja, ni tampoco en la mayoría de los saraos y menos recibirán una entrada VIP para ninguno de ellos. Es la industria de los estudios medianos: Cinearte, Telson, Best Digital, Sonoblok, Digitsound, Tecnison… de las micropymes formadas por grupos de técnicos constituidos como cooperativas o de los autónomos que montan en la parte de atrás de un cuarto.
En post-producción te encontrarás a los técnicos de doblaje, los de efectos sala, montadores y diseñadores, los de cabina e incluso los actores de doblaje que, aunque no lo parezca, no solo doblan películas americanas sino también Españolas… aunque las razones de esto no vienen al caso.
Estos son los que se quedan al final de una dura jornada y cuando todo el mundo se ha marchado, comentan un fotograma, un cambio de plano que no ha quedado limpio, un material que han traído de rodaje y se notaba con problemas… esas reuniones, esos pequeños grupos eran los que garantizaban que, al día siguiente, todo iba a estar en condiciones y los problemas casi resueltos. Profesionales que se preocupan porque el resultado sea de calidad y garantizan que cuando este abandona sus manos, está en las mejores condiciones posibles.
Estas son unas pequeñas líneas de homenaje a todos ellos. A todos los que se desviven por la calidad y más en momentos como los que vivimos, que verán únicamente su nombre al final de los créditos de una película que nadie verá. Todavía hay gente que se queda al final de la película por respeto a ellos.
Gracias a todos pues sois la industria DE VERDAD.
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