jueves, 7 de febrero de 2013

Ficción para la verdad

Elige cualquier persona de la calle y pregúntale quién es el Presidente de los Estados Unidos. A continuación pregúntale donde vive este. Para hacerlo más divertido entérate si sabe cada cuanto tiempo son las elecciones allí y, todavía más difícil, como se llaman las dos cámaras que forman el legislativo americano.

Un muy alto porcentaje de ellos te dirán todas las respuestas correctamente y déjate sorprender, yo he hecho test y había uno, de los que se podría denominar “de bajo nivel formativo”, que incluso sabía el número de estados y que había dos ejércitos en USA: el regular y la guardia nacional. A este le pregunte como sabía todo esto a lo que me contestó:
“me encanta el cine”
En una reciente ocasión y desayunando con un amigo, hicimos una prueba a otro que inocentemente se unió, con el fin de comprobar su conocimiento de las instituciones Europeas… y acertó con dudas. Como he podido constatar en numerosas ocasiones estas dudas son iguales, o peores, en el caso de las instituciones españolas.
La ficción cinematográfica o televisiva, en sus muy diversas formas, nos ha acercado en multitud de ocasiones a las instituciones americanas, y diversos ámbitos profesionales y sociales, y es un magnífico medio con el que contar historias, y un vehículo con el que transmitir valores y mostrar elementos de gran complejidad. Hasta tal punto llega su efectividad que me contaron de un juzgado Español en el que uno de los acusados se  “acogió a la 5ª enmienda” para sorpresa de los testigos.
La serie “Ala Oeste de la Casa Blanca” ha hecho que entendamos tramas complejas y como funciona la política americana, los lobbies que rodean los centros de toma de decisión… y que son los mismos que nos encontramos en Bruselas. “Los Soprano” nos ha acercado a la realidad de las administraciones locales y “The Wire” ha hecho lo mismo viendo las corruptelas de ayuntamientos y concejalías, entidades de gestión urbanística… 

¿nos suena de algo?
Este mismo tema es el que trata la magnífica película de “City Hall” y podemos ir más atrás en el tiempo, a películas como “Network” y su abierta crítica sobre los medios, su deshumanización y lazos de interdependencia con el poder, a los que retrata de forma fidedigna. Sin olvidar las veces que hemos pasado por juzgados, tribunales, jurados y buceado en el sistema legal americano de la mano de sus protagonistas. 
La ficción es una herramienta cara sin duda. Pero que llega masivamente y su persistencia en el tiempo la convierte en un método mediante el que mostrar una sociedad, y también promover el debate.
Recientemente en una reunión en una alta institución Europea me comunicaban su preocupación por la alienación de estas instituciones y la falta de aceptación y reconocimiento de los ciudadanos. ¿Que podemos hacer? ...preguntaban. Les respondí:
"Una serie de cuatro temporadas y doce episodios cada una, de 52 minutos episodio, sobre las instituciones Europeas, las tensiones políticas internas entre las propias instituciones, y los lobbies sociales que buscan satisfacer las demandas de aquellos a los que sirven, con la prensa por en medio y los gobiernos que quieren influir en la toma de decisiones. La serie debe además tener protagonistas Europeos como Stellan Skårsgard, Mathieu Amalric, Jose Luis Gomez o Vincent Cassel..."
A pesar de que lo estaba soltando de carrerilla, me paré viendo las miradas de asombro y terminaron por reir mi ocurrencia. Voy completamente en serio, respondí....